¡GRACIAS, VOLUNTARI@S!

 

Este año para poner el broche final al curso 2015-2016 queremos compartir con todos vosotros algunas experiencias de las personas que dedican una parte de su tiempo a colaborar con nosotros, de manera voluntaria, haciendo posible este proyecto de Intervenciones Asistidas con Caballos. 

                                                                                                                                                                                                                            

CRISTINA ALONSO MONTERO 

Háblanos un poco de ti...

   Mi nombre es Cristina, tengo 38 años, soy de Plasencia; licenciada en Biología (estudié en Salamanca), actualmente soy Profesora de Enseñanza Secundaria con 11 años de antigüedad. Me gusta pasear con mi perro, salir a comer/cenar por ahí, viajar, jugar al pádel, montar en bici, ir al cine, leer... 

 

 ¿Cómo nos conociste? 

   Quería dedicar mi tiempo libre a algo que realmente me llenara y sabía –por cómo soy- que esto debía guardar relación con ayudar a los demás (me había dado cuenta que ocupaba mi tiempo en cosas que o no me satisfacían o por el contrario incluso hasta me generaban estrés) y a través de Internet busqué asociaciones que requiriesen voluntariado por las cercanías de Badajoz; al ver que AZE aunaba trabajo con personas y animales, consideré que era la opción que buscaba y enseguida me puse en contacto vía email y telefónico.

 

 ¿Cuánto tiempo llevas colaborando como voluntaria en AZE?

   Desde septiembre de 2014.

 

  ¿Qué es lo que más te gusta de la labor que se desempeña en la Asociación?

  Me encanta porque lo veo muy efectivo en la mejora del bienestar de los usuarios en sus diversas necesidades. Me gusta ver el progreso en el usuario como consecuencia de lo trabajado en las sesiones a medio y largo plazo, fruto de la previa planificación de todas ellas de manera concienzuda. También la flexibilidad y lo diferente que puede ser cada sesión.

 

   ¿Qué has aprendido en tu paso por la AZE?

   A valorar las cosas importantes de la vida, partiendo del simple hecho de gozar de salud (realmente me parece encomiable la lucha de los usuarios y sus familiares en casos verdaderamente dramáticos). Y las más simples: como ver un atardecer, en Las Merinillas, por ejemplo, con el sonido de los caballos comiendo y una cerveza fresquita de la mano, en muy buena compañía. A ganar en flexibilidad en relación a no pretender conseguir resultados de manera inmediata (siempre fui muy impaciente); a ser más generosa, más empática y tener una actitud mucho más positiva ante la vida. A conocer la amplia diversidad de necesidades de los usuarios y la manera en que los caballos les ayudan de manera diferente. A reconocer la sensibilidad de los caballos y por tanto su importancia como mediadores en las terapias. Y a aprender a anticipar sus reacciones conociendo su comportamiento habitual.

 

   Haz un pequeño balance de lo que ha sido para ti este curso 2015/2016 con nosotros.

   Este año he intentado ir con la mayor regularidad posible los miércoles de cada semana, ya que este curso he trabajado en Hervás. Fue muy gratificante comprobar cómo seguían progresando los usuarios que conocí el curso anterior al igual que comprobar que cada vez me desenvuelvo mejor como voluntaria, tanto en el trato con el usuario como con el caballo y por supuesto en la complicidad con las terapeutas. Por ello, cualquier esfuerzo se ha visto compensado con creces. Como decía mi profesor de ecología de la universidad: “el altruismo es un egoísmo retardado”. Pues eso, AZE sigue siendo una herramienta fundamental en mi equilibrio emocional.

 

GRACIAS POR COMPARTIR TU EXPERIENCIA CON TODOS NOSOTROS CRISTINA, POR TU ILUSIÓN, TU ESFUERZO Y TU COMPROMISO CON LA AZE

GRACIAS A PERSONAS COMO TÚ...ESTE PROYECTO ES POSIBLE.